Siempre se ha dicho que el mejor acompañante del queso era el vino tinto. De todas formas recordareis aquello de que “te la han dado con queso”. Se dice que antiguamente una manera de engañar el paladar de los compradores de vino tinto era ofrecerles queso en el momento de la cata.
Pues bien, hace unos días llevamos a cabo en la bodega una cata-maridaje de 10 vinos y 10 quesos, con amigos, dirigida por nuestra sommelier Mireia Mòdol. Modernamente se ha abandonado aquella vieja idea de que lo que le va bien al queso es el vino tinto. Hoy, dependiendo del tipo de queso, lo acompañaremos de vinos blancos, dulces o secos, vinos espumosos como el cava y, de vez en cuando, también un tinto. Concretamente y en lo que al cava se refiere Mireia armonizó perfectamente un queso Comté con el Cava Torelló 225 Brut Nature Gran Reserva.
El queso Comté está elaborado en Francia en la zona del Jura con leche cruda de vaca y es de pasta dura. Destaca por sus aromas a mantequilla fresca, notas tostadas, herbáceas y frutos secos. Su sabor es intenso, afrutado, rico en múltiples matices y con un ligero amargor final. Para potenciar los sabores a tostados y frutos secos tan característicos de este queso, se acompañó de un Cava Torelló 225 elaborado con las variedades tradicionales Macabeo, Xarel.lo y Parellada, y a partir de un vino base criado en barrica, con notas, también, de tostados, cremoso y con buena acidez. El carbónico presente en los cavas alivia la pesadez del queso que tiene un elevado contenido de materia grasa.
Mireia también armonizó fantásticamente un queso manchego con nuestro vino blanco Crisalys 2010, Xarel.lo fermentado y criado en barrica, que aportó la cremosidad y cuerpo necesarios para potenciar el sabor mantecoso del queso.